Siniestro
de un
murmullo agilizado por tus manos
en
serenidad
trasfondo
del dorado dulzor de la caricia mortecina
en la
penumbra
asomada
como sombra que perpetua nos asola
y a ti te
afianza y pone dedo en la llaga
y amarra la
vida y la amenaza
Corazón que infarta
Corazón que infarta
la palabra
de otros,
Corazón que
se infarta
con esa
misma palabra…
Corazón
moribundo
por la
carga de la pena
gloria
insensata de un rumor
de traición
y amenaza
La perversa mirada contenida,
placentera
sonata…
conocerte,
saberte y despedirte
la angustia
de la partida
la
incertidumbre que se volverá costumbre
y la
resignación…
que se hará tibieza
que se hará tibieza
Y los que
te aman,
aún
aquellos que te odian
habrán de
saber de las mieles
y, las hieles
de no verte más
y guardarte
en la memoria
con tus
glorias y padeceres
con las
luces de tus ojos,
con sus
palabras hirientes
que
marcaron el paso de las horas
de un Corazón
destrozado
Ironías o
paradoxas insensatas
elucubraciones
que manchan
la luz
y perfilan
gloria a la oscuridad mortecina,
la
oscuridad que sostiene
un deseo de
morir
con un corazón palpitante
y tu deseo
de vivir
con un corazón agonizante
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