martes, 14 de abril de 2015

Las canciones que tú cantas

Descubrí un hilo
enzarzando la tendencia de la muerte
con tus continuas  fiestas  

No son mis palabras
eso que parecen a simple vista
ni fantasmas diurnos
ni razones sinrazones
es tan solo eso que vibra
en cada sibilancia de mi pecho
desde el corazón enhiesto
de un abuelo muerto
son esas rémoras mortuorias
de la comida tras el brasero
la chinche carcomida en la pared
el cielo que era un techo
con promesa de que fuera eterno
el amor prohibido por un sueldo
el título de médico
la misma persecución
en mis antiguos anhelos
son los cuentos de la madre
historias que quedaron sueltas
disfrazadas entre flores
canciones y desvelos

Las canciones que tú cantas
que me causan tantos recelos
viven en ansiedades
en intentos de amores
que son etéreos
de necedades torpes
con imposibles encuentros
¡Oh cuánto dolor encuentro!
en tus palabras
mis reniegos
los sustos de los hermanos
las carencias de los abuelos
Historias resguardadas
que se heredan con efectos
¿Cómo? Dime cómo
Se arma ese duelo
Que duela todo hasta el cansancio
De darle entierro
Que  ponga en letra todo lo muerto
Que surja vida
Y un cielo cierto
Tal vez fantástico
Tal vez funesto
Pero no incierto.
La madre
Que canta rimas
Que dice sueños
Tiene tarea
De amor por cierto
De no encubrir con falsos cielos
Las nubes negras de estos recuerdos
Que aunque los calles
Viven impresos
En nuestras almas
En nuestros cuerpos.





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