que en la esencia misma de su dureza
blandura integra
de la mañana esta, mi alma juega.
A darte un poco de eso suave
a darte un todo de eso dulce
a poner mi mano donde tu boca
y sentir el tibio aliento que dice
¡No quiero!
Procedo entonces a la risa,
de mis intentos de darte todo
y tus reservas de no aceptarlo
de los recelos de los enojos
de los deseos resquebrajados. .
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