martes, 29 de octubre de 2013

Nada

A veces creo que el cuenco de tus manos contiene algo secreto que tienes guardado para mí.  Mis ojos lo buscan sin cesar cuando hablas, mientras haces gestos, cuando partes el pan o  buscas las llaves, cuando tomas la flor para mostrar y convidarme la fragancia. Siempre te sigue mi mirada... Impotente ante tu impasible nada. 
Nada. No hay nada. 

El vacío de tus manos contrasta con la luz de esa mirada que te entrego deslumbrada. No son tus manos, no es tu vacío es que la vida es así, nada para seguir buscando, nada. 

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