Zumbando al derredor, no hacen daño, pero molestan. Parecen a algunas cosas, personas, eventos que nos rodean cotidianamente. Zumban y rezumaban.
Refinadamente uno las quiere matar; sin embargo, no las mata por prudencia y tal vez benevolencia con el próximo..
¡Ah, pero que bien molestan! e impiden que uno viva con la anormalidad cotidiana, pues el zumbido hace constancia y de ponto hasta se corre el riesgo de acostumbrarse.
¿Cuántas moscas o sus simbólicos representantes aparecen en la vida de una persona? Y no estaría mal preguntarme si a acaso yo, la he hecho de mosca.
¡Vaya!
Debiste nombrar al blog "histerias publicadas" jajajaja me agradan
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