jueves, 3 de octubre de 2013

Las moscas

Zumbando al derredor, no hacen daño, pero molestan. Parecen a algunas cosas, personas, eventos que nos rodean cotidianamente. Zumban y rezumaban. 

Refinadamente uno las quiere matar; sin embargo,  no las mata por prudencia y tal vez benevolencia con el próximo.. 
¡Ah, pero que bien molestan! e impiden que uno viva con la anormalidad cotidiana, pues el zumbido hace constancia y de ponto hasta se corre el riesgo de acostumbrarse. 

¿Cuántas moscas o sus simbólicos representantes aparecen en la vida de una persona? Y no estaría mal preguntarme si a acaso yo, la he hecho de mosca. 

¡Vaya!




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